
Y Penélope lloraba recogida en la playa. Le miraba desde la distancia.Le hacía sentir un fraude, un inútil que no era capaz de dominar un simple barco.
Penelope perdía la esperanza de que volviese a Ítaca. Y aunque Ulises sabía que iba a llegar a Ítaca, estaba obsesionado con la idea de que Penelope no le estuviera esperando. Que tras realizar el gran esfuerzo se encontrase con un hogar vacío.
Y Penelope cosía y lloraba. Y Ulises que la veía desde la distancia sólo quería gritar que le esperara, que no se rindiera. Que juntos podrían volver a la Ítaca que él abandono un día.
Y Penelope cosía y lloraba en la distancia.