Hay gente que es famosa por su mala hostia. Por gritar o dar malas respuestas.
Son gente que no suele estar la primera en las listas de popularidad. Sin embargo, entres esos tipos y yo hay algo personal. Una simpatía que solo existe entre los que se quedan fuera de la fiesta.
El caso de esta angelota es curioso. La gente la conocía por sus gritos, que despertaban a media plataforma. Se oían en todos los departamentos.
Sin embargo una de las primeras imágenes que yo tengo de ella es leyendo sola a la hora de la comida . Pensé " Otra de las mías, de las que cree que habiendo libros no hace falta ser social."
Desde ese momento se estableció una mutua simpatía, de esas un poco secretas. Un saludo de la secta de los letraheridos.
Una de las cosas más sorprendentes es que en ciertos curros, en los que no eres más que un número, te encuentras que ni si quiera irte es fácil. Todo son problemas y quebraderos de cabeza. Confirmas la teoría de que, en el fondo, los jefes son como estanterías.
Es curioso que al final resulta que ese angelito chungo es el único que es capaz de sentarse a perder su tiempo para ayudarte.
El mio se llama Cris, supongo que cada uno de vosotros tendréis vuestro "angelito chungo".
