
Una vez has superado el miedo a lo desconocido, controlado el vértigo que te da la aventura y cuando ya te has convencido de que merece la pena el salto, es el momento de izar velas.
Es ahora cuando recuerdas los buenos momentos que has pasado con la gente, esas personas que han evolucionado desde desconocidos a esenciales en tu vida. Recuerdas las causas que te hacen partir. Que te ofrecen doblones de oro, nuevas rutas y que en este puerto ya he llegado al punto más alto. Pero la balanza no te garantiza que eso pese más que las risas y la amistad que vas a dejar en tierra.
Cada nueva aventura implica un riesgo de fracaso, por leve que sea. Un miedo a que "El Dorado" no esté al final del río.
Pero como dice otro viejo lobo de mar: " Sin riesgo no hay gloria".
Una vez que el contramaestre está avisado, comienza la aventura. El día uno comienza la nueva singladura. Seguiré informando desde esta bitácora.
6 comentarios:
Bienvenido al club. Soy una completa inútil expresando sentimientos, enfadándome o despidiéndome.
Pero incluso lás personas como nosotros un día (por algún motivo...¿y por qué ese día y no otro?...no lo sé) se arman de fuerza y realizan un acto de valentía. Y tú ya lo has hecho. Enhorabuena. Y mucha suerte.
Se nos hace mayor el niño... Espero que tengas suerte en tu nueva aventura y que siga cerca para ver tus progresos.
ande te vas?
Por ahora el viaje el solo laboral. Pero desde que me regalaron el reloj de Corto maltés la aventura navega por mis venas y llama al riesgo. (Ja,ja,ja)
Espero que los vientos te sean favorables y esas velas te lleven tan lejos como te propongas.
Tu blog siempre será un buen puerto, para volver a encontrarnos.
Suerte.
Jajaja...sí, es que Corto Maltés es igualito a tí jejejeje (vaya nochevieja)
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